Título: De dulces y recuerdos.
Autor: yaoilover4
Genero: wincest
Pareja: Sam/Dean (como si pudiera escribir otra cosa xD, aunque quizás y después caigo en la tentación de hacer un Cass/Dean )
Rating: PG ... creo... jamás he sido buena para eso de las clasificaciones *hace circulitos en el piso en su rincón*
Palabras: a decir verdad ni idea, pero es cortito, así que no cuesta nada leerlo.
Estado: Terminado (Oneshot)
Declaimer: Los personajes no me pertenecen, son de Eric Kripke y no gano nada usándolos, más que divertirme un rato.
Resumen: pos, de como nunca puedes acabar de conocer a Dean
La verdad es que no quedó tan "dulce" como yo esperaba. Que digo. Si la cosa se escribió casi sola!
La idea me salió a partir del reto que a puesto Maika para Noviembre, pero, la verdad? no tenía ni idea de si seguí bien las reglas o de cómo ponerlo ahí, así que pos lo cuelgo acá
Y ya, me dejo de molestar y a leer el fic!
--------- o ----------
Dean no es un tipo sencillo. Por más que digan que sus prioridades son el coche, la comida, Sammy y el sexo, ha ser posible mezclando las cuatro y luego ¡a dormir!. Bueno… quizás esas si son sus prioridades, pero de que no es un tipo fácil de descifrar, no lo es. De hecho, lo complicado que es entender a Dean Winchester es solo comparable con tratar de entender lo que dice una quinceañera en plena crisis luego de que el novio rompiera con ella.
Pero Sam ya se ha hecho experto en eso de leerle (a veces más de lo que al mismo Dean le gustaría), pero es que ¡joder!, que para algo tiene que servir haberle estado observando durante toda su puta vida. A si que Sam puede pavonearse todo lo que quiere de saber todo sobre él.
Sabe que cuando sube la música no es porque la conversación se halla acabado, es que le incomoda el tema y Sam tendrá que buscar otra manera de plantearlo sin dejarle en evidencia.
Que cuando se concentra realmente en algo se muerde y lame los labios de forma inconciente, como un tic.
Que cuando va a decir una burrada especialmente grande le brillan los ojos como a un niño.
Que se liaría a golpes con cualquiera que dañase a su nena, excepto con él, con é solo usaría su mirada de “ostia puta, tienes suerte de ser mi jodido hermano, de lo contrario hace tiempo que estarías jodidamente muerto”, y que a eso le seguirán unas cuantas semanas de bromas especialmente pesadas (dependiendo de lo mucho que haya maltratado a su nena).
Sabe que le encanta el sexo salvaje y te lo demuestra comiéndote la boca, arañando la espalda y presionándote contra la pared (o la cama, o el baño, o el asiento del coche, ¡o donde sea!), todo sin siquiera pararse a tomar aire; pero también sabe que de vez en cuando le gusta hacer el amor suave, despacio, sintiendo cada beso y como uno a uno, los dedos se van abriendo paso en su carne, tan lento que podría hasta desesperar si no fuera tan jodidamente caliente y delicioso.
La otra cosa que sabe es que puede pasar de la actitud más infantil a la cara más seria si le hablas de trabajo, pero que le resulta casi imposible (o de ya imposible) cambiar una dieta de dulces y cosas que tienen mil calorías de azúcar por una completamente balanceada con cosas verdes y con la cantidad justa de azúcar para no caer en un coma diabético.
Sabe, no, en serio, sabe, que todo lo que tenga que ver con trabajo, mujeres, comida y alcohol lo domina a la perfección y podría hacerlo hasta con los ojos cerrados si no se viera tan condenadamente raro; pero que cuando se trata de Sam, su Sammy, específicamente acostarse con Sammy, se siente perdido y, aunque pasado el momento (y ni siquiera bajo tortura de quemar todas sus cintas de Led Zeppelin y AC/DC) lo negaría, también algo -muy- asustado; y Sam sabe que son esos momentos en que le permitirá a él tomar el control, someterlo y hacerle suplicar por más; sabe que son esas las únicas veces en que accederá a cualquier cosa que le diga, que se vestiría de chica y usaría un collar que dijese ‘propiedad de Samuel Winchester’, con tal de que por favor “por favor. Sam. No-ahhhh-pares, ¡Joder! ¡ostiaputaSammuévete!”.
Por eso, cuándo le pregunta cuál es la jodida fijación que tiene con la tarta de manzana, porque, coño, no es ni medio normal que gima (porque eso es otra cosa, el tipo gime) al comerla, se espera cualquier cosa menos que gire la cabeza repentinamente avergonzado y diga “fue lo que mama cocinó cuando cumplí los 4” mientras se muerde los labios por lo que no dice fue la ultima vez que celebramos mi cumpleaños como familia Sammy…
Y es solo en ese instante en que Sam piensa que quizás, QUIZÁS, no conozca todo de su hermano.
----- o ------
Bueno. Qué tal les pareció?
I miss you, but now it's time to wake up and shine
viernes, 25 de diciembre de 2009
viernes, 2 de octubre de 2009
Still Here...
Palabras que laceran mi piel, mi mente, mi memoria, tu recuerdo;
atentas contra mi deseo de mantenerme aquí, a tu lado...
Esperando con tranquilidad la cálida muerte
para descansar de nosotros mismos.
Hiriendo tu corazón para que destile sangre
sobre esta piedra de sacrificios.
La escritura de lo prohibido, mis deseos en ti proyectados,
sin poder expresarlos por ninguna vía legal.
Quiero traicionar, jugar en falso ¡mentir!,
y a cambio de semejante tesoro, permaneceré aquí más tiempo,
junto a ti en este infierno,
sin que la sombría imaginación levante un velo sobre mis ojos.
La hoguera hoy con muertos arde,
los cuervos y las águilas se destrozan por los humanos despojos...
Somos almas privadas de sol,
sucumbimos ante la insana complacencia por el horror refinado.
El río de la vida desemboca en el mar de la muerte...,
no te equivoques, no estoy asustado,
me complace saber... que el fin llegará.
Tsuki Aoi
lunes, 21 de septiembre de 2009
Pecado
Fic de Saint Seiya, Saga/Kanon
Un bello atardecer, bellas parejas, un bello momento. Caminando por la playa, sintiendo la arena entre los dedos, miro al cielo y se ve claro, el aire que respiro se siente limpio, difícil de creer pero cierto, tan cierto como el hecho de que estoy vivo.
Cierro los ojos y pienso en el pasado, pienso en el futuro, en el ahora. Dije una vez que los momentos en que vivimos realmente son aquellos cuando nuestro corazón se detiene por un segundo, y no a causa de un ataque cardiaco, no, sino debido a algo que nos quita la respiración, a aquello que nos emboba por un instante y nos hace creer en que todo estará bien, que el resto es simple monotonía. El problema es que esa monotonía se ha adueñado de mi vida, ha invadido mi espacio personal y ha exiliado hasta lo más profundo de mi subconsciente el sentimiento alegre de sentir esos preciosos segundos.
Adaptación. Adaptarme es lo que me sugiere la razón, ¿pero qué va ha entender ella de sentimientos?, ninguna de las dos damas se lleva bien o cree en la otra. La señorita sentimental considera demasiado cuadrada a la razón, y la razón ve a los sentimientos demasiado volubles; que idiotez, quizás si se pusieran de acuerdo mi cabeza no estaría hecha tal desastre.
Me siento en la arena y miro los últimos rayos del sol que este día nos brinda, pronto la marea comenzará a subir y este lugar quedará cubierto por las olas, sin contar el hecho de que me deben estar buscando por todos lados ya, después de todo no tengo permitido salir del santuario por demasiado tiempo y yo le dije a mi hermano que volvería pronto… ya hace demasiadas horas… seguramente me matará en cuanto me vea… Aunque siempre está la fiel excusa de “olvide mi reloj” o “no me di cuenta de la hora ¿tan tarde es ya?”, o quizás terminaré haciendo lo de siempre y le ignoraré mientras él me asegura que debería haberme ido de aquí en cuanto la diosa resucitó, porque ni ella creía en mi absolución, pero como era tan buena no me echaba, pues muy a su pesar yo llevo sangre de caballero, y seguramente esto derivaría en una nueva discusión y en más razones para odiarnos…
Aunque… para ser honesto hace mucho tiempo ya que el odio fluye de una sola dirección, hace mucho ya que mi cabeza y mi corazón me juegan una mala pasada cada vez que estoy cerca de él, de su cuerpo, su dulce olor…, lo que me vuelve a traer a la misma pregunta que me he estado haciendo los últimos meses y todo este día “¡¿por qué demonios tenía que ser mi hermano?!”, si hubiese sido cualquier otro ya lo habría violado, pero al tratarse de mi misma sangre la cosa se complica, eso dejando de lado el hecho de que es hombre y no quiere verme ni en pintura, pero esos son pequeños detalles…
Suspiré por cuartagésima vez en ese día y me levanté perezoso, ya debía volver, pero no me apetecía, en su lugar fui a un pequeño bar retirado de la zona residencial; ya me había hecho asiduo a ese lugar y a su gente, uno nunca podía pasar dos noches iguales en ese bar; a veces era tranquilo y te invitaba a relajarte y dormir una siesta; otras veces era bullicioso y te contagiaba a bailar; pero lo que siempre esperábamos todas las noches era el momento del micrófono abierto. Consistía en que cualquiera podía ir y tratar de lucirse, si gustabas mucho al publico entonces ellos mismos te daban la suma que estimaran conveniente, y si por el contrario eras una verdadera catástrofe como cantante, entonces solo obtenías unas cuantas pifias y risas por parte de tus compañeros de copas; pero como fuera te divertías, pues todos salían alguna vez y a todos les tocaba.
Incluso a mí.
Flash back
Entre en el primer sitio que ponía “Bar” como letrero; estaba más deprimido que de costumbre y todo debido a la estupida pelea que acababa de tener con mi hermano; y no es que no hubiésemos peleado antes, no, eso era pan de cada día, pero hoy él había sido particularmente hiriente…
Me senté en el lugar más apartado que pude y comencé a engullir una copa tras otra; al cabo de unas horas estaba lo suficientemente ebrio como para no poder pensar, que era exactamente lo que buscaba; sin embargo hay un ligero problema con esto de no pensar: uno puede hacer cosas francamente vergonzosas que de otro modo no haría y que al recordarlas uno desea que la tierra se lo trague o de partida estar muerto. Por suerte este no fue mi caso y lo único que hice fue tomar el micrófono y cantar, cantar y cantar hasta quedar afónico.
End of Flash back
Viéndolo en retrospectiva todo pudo haber sido peor, pude haber terminado en la cama con algún extraño o incluso haber ido donde mi hermano y haberle confesado todo… ese si que hubiese sido suficiente incentivo para suicidarme. Pero por suerte divina no había sido así y al contrario de lo que imaginaba a la gente le gustó bastante mi voz y esa noche recibí una cuantiosa suma (aunque claro, del dinero no ví nada, porque todo fue usado para pagar los litros y litros de alcohol que había ingerido).
Me senté donde acostumbraba, de espaldas a la puerta de entrada y ordene un trago suave para empezar; una chica se me acercó y me preguntó si podía cantar para una de sus amigas que estaba haciendo su despedida de soltera, le sonreí divertido y acepté, después de todo, solo era una canción.
O eso pensé al comienzo, pues la letra que me pidieron interpretar era más una confesión de amor que una canción. Genial. No podía ser peor para el estado de ánimo tan “perfecto” con el que me hallaba.
Tomé el micrófono y algo avergonzado sentí como la melodía comenzaba su canto…
Oh, ave del cielo, dulce tristeza de mi cantar
Acompaña a este pobre iluso
A este extraño idiota enfermo de amor
Guía mi voz a los oídos del que añoro
Haz que él escuche mi llanto
Las palabras brotaban de mi boca con vida propia, sentí que ya no estaba cantando la letra que habían pedido, no, ahora eran mis emociones las que se adueñaban de la canción, la letra era improvisada y mía, y al parecer mi compañero de instrumentos se dio cuenta y le indico a la banda que desde ese punto tocasen como mejor sintiesen que la melodía se acomodaba a mis palabras.
Desde tiempo ya vengo arrastrando las cadenas de esta maldición
Tu que dices ser un santo ignoras que tus desprecios laceran mi corazón
Pero hoy vengo aquí
Vengo a decirte unas cuantas verdades y espero que escuchen bien
Fui traidor, un desgraciado, un asesino de doble cara
Te incite a ti y a otros a pecar en mi nombre
Un astuto demonio, eso fui.
Busqué destrucción, venganza, odio
Manche mi cuerpo y mi alma con la lujuria de manos extrañas
Ahogue mis deseos en diferentes cuerpos
Y sometí mis gritos de placer al comando del amante de turno
Fui un idiota, ¡lo sé!, no es necesario que lo repitas
Y tu mirada de odio hoy la entiendo,
Al igual que el desprecio que hasta incluso una diosa siente cuando me acerco
Pero todo esto no quita que duele…
Mi corazón sufre con cada palabra, con cada golpe
Al comienzo creí que era lo justo, una correcta manera de expiar mis culpas
Pero ya pasa el tiempo, y hoy mis heridas duelen mucho más que hace unas horas…
Guarde silencio por unos instantes y miré el techo del escenario, buscando respuestas que no encontraría y tratando de contener lágrimas que hace mucho ya que corrían libres por mis mejillas al acordarme de tus palabras de odio.
¿Qué buscas de mi?, no puedo borrar el pasado
Fui lo que fui y no pude haber sido otro,
Pero hoy ante ti hay un nuevo yo.
Acepta de una vez que he cambiado
¿Si tú no puedes entonces quién?
Ya no puedo seguir con esto y la razón es simple:
Por este cuerpo, por este despreciado ser
Hoy corre un sentimiento que creí imposible
Somos la misma sangre, somos el reflejo del otro,
Quizás por esto mismo estaba ya destinado a pecar nuevamente
A sucumbir ante lo inaceptable nuevamente,
A enamorarme de ti… como en antaño lo hice…
Ya no contengo mi llanto, aunque nunca pude, estoy liberando mis sentimientos disfrazados en una canción que al publico conmueve, lo sé, lo veo en sus caras, pero la que nunca pensé encontrarme me mira fijamente, unos ojos que queman, la razón de mis desdichas acompañado de otros cuantos caballeros; me congelo durante un segundo y la vergüenza se adueña de mi rostro, pero con una sonrisa lo disfrazo, ya no importa nada, ya lo saben, a si que si van a castigarme que valga la pena… esta noche lo diré todo.
Oh, ave del cielo, dulce tristeza de mi cantar
Acompaña a este pobre iluso
A este extraño idiota enfermo de amor
Guía mi voz a los oídos del que añoro
Haz que él escuche mi llanto
He sucumbido al pecado y tú debes saberlo
Soy la viva reencarnación de lo que más odias
Y quiero decirte que hace ya tiempo que el rencor en nuestras peleas
Solo viene de tu parte, que en mi boca sólo hay pasión para ti
No fingiré al decir que mi cuerpo jamás ha sido tocado
Ni diré cursilerías como que contigo me siento virgen,
No, ya ha habido muchos que me tomaron y que tome…
Soy un hombre y te diré la realidad
Mi cuerpo ya está viciado, mi alma ha sido corrompida,
Pero he mantenido mi corazón resguardado, no se lo he cedido a nadie
Y hoy te lo ofrezco a ti.
Puedes hacer con él lo que te venga en gana,
Soy tuyo y de nadie más,
Mi vida terminara cuando tú así lo decidas,
Pues este extraño idiota enfermo de amor tiene un sólo dueño
Oh, ave del cielo, dulce tristeza de mi cantar
Guía mi voz a los oídos del que añoro
Haz que él escuche mi llanto
Mi amo eres tú.
Bajé de la tarima con una sonrisa de soberbia, tratando de disimular lo inestable de mi corazón; las lágrimas ya las había borrado disimuladamente y la chica que me pidió la interpretación quedó más que contenta, pues creyó que todo había sido por su amiga la novia; que ilusa.
El bartender me llamó y yo huí “disimuladamente” a su lado para recibir mis ganancias por la canción, aunque la verdad solamente deseaba mantenerme alejado de mi hermano por un poco más de tiempo.
Qué ironía descubrirme como un cobarde luego de haber vivido tanto; pero las guerras santas no tiene nada que ver con el corazón…
Acepté la copa que me ofrecía un chiquillo a mi lado, parecía nervioso, pues era el nuevo en este bar y seguramente tendría que interpretar algo como yo en mi primera noche en este lugar; le sonreí con fingida comprensión para ver si se tranquilizaba, lo que al parecer surtió efecto, y mientras el subía al escenario yo me levante de mi asiento, me despedí del bartender y me acerque a mi hermano y los otros caballeros que parecían demasiado serios para mi gusto, incluso Milo, el payaso que supuestamente jamás se enseriaba.
-emh… ¿hola?- como contestación sólo recibí una mirada fría de mi hermano y un seco “vamonos”.
Bufe algo molesto, quisiera que no, por el trato y le seguí resignado.
El camino de regreso fue de lo más incomodo, sentía las miradas de todos clavadas en mi persona, exceptuando la única que realmente quería (aunque pensándolo mejor, habría resultado de lo más extraño que pudiese verme fijamente estando delante de mi).
Al llegar al santuario cada uno de los caballeros se fue a su propia casa, lo que no abría resultado para nada extraño de no ser por el hecho de que cada que uno se iba se despedía servicialmente de mi hermano y de MI por igual, no hay que decir lo incomodo y raro que me resultaba esta nueva experiencia…
Al ser nuestra casa casi la última, sin considerar la de Athena, aun nos quedaba un largo trayecto por recorrer, pero ahora que estábamos solos el silencio se hizo aun más evidente. Me adelanté unos pasos hasta quedar a su lado y busque disimuladamente sus ojos, pero cual fue mi sorpresa al descubrir que el me miraba sin ningún reparo, y me sonrojé involuntariamente, odiándome por ser tan débil y querer devorarle la boca en ese mismo momento. Sonreí algo incomodo por lo intenso de su mirada, y antes de cometer una locura y quedar más hipnotizado en el bello océano de sus ojos como otras veces me había pasado, decidí tomar la sensata decisión de adelantarme a nuestra casa e ir a acostarme de una vez, pero no alcancé a dar dos pasos en mi huída cuado sentí sus dedos clavándose en mi muñeca, giré mi rostro sorprendido y mis ojos iban de sus ojos a cómo su mano retenía mi muñeca; hice el recorrido unas cuantas veces hasta que volví a perderme idiotizado (porque lo él hacía conmigo era más que simple hipnotismo) en su mirada. No tengo que decir lo nervioso que me sentí con esto.
Llegamos a su cuarto (o mas bien él llego, yo tan solo le seguí por inercia, siendo arrastrado por su cuerpo y con mi mente en otro mundo). Me quede parado como estatua donde él me dejó una vez soltó mi muñeca.
-A si que te gusto, ¿ne Kanon?- él habló sin mirarme, pero eso no fue necesario para que pudiera notar como mi respiración se había detenido- responde- se giro y la mirada que me dedico… no tengo palabras para poder describirla…- ¿o es que acaso decías estupideces como la mayor parte del tiempo haces?- se acercó a mi con paso lento, sin quitar sus ojos de los míos ni por un instante- dime, ¿qué es lo que debo creer?, ¿te gusto o no?
Baje mi mirada nervioso y retrocedí un paso para formar algo de distancia entre ambos sin poder contestarle…
-Eres un general de Poseidón y has sido un caballero de Atenea, por todos los dioses ¡¿cómo puedes ser tan cobarde?! ¡Responde!
Di un brinco al escuchar sus gritos, tenía razón en todo lo que decía, pero ¡¿cómo rayos se suponía que podía contestarle algo como eso?! No era simplemente decir: “hey Saga ¿cómo estás?, yo bien. ¡Ah! por cierto, estoy enamorado de ti desde hace mucho y me gustaría follar contigo.”, nop, definitivamente después de eso solo podría esperarme una señora paliza de esas que hacen historia. Su actitud tampoco ayudaba mucho a mi nerviosismo, ni que decir de la agobiante cercanía de su cuerpo, por los jueces del infierno si hasta podía sentir su respiración de lo cerca que estaba…
Tomé aire y traté de evadir su pregunta con otra.
-¿De qué se supone que estas hablando?, sabes, es muy tarde y mañana quiero levantarme para entrenar temprano así que mejor me…
De un momento a otro acabó con la poca distancia que nos separaba, acorralándome de un empujón contra la pared. Gemí quedito por el duro golpe y no tengo idea de qué habrá pasado por su mente porque la mía estaba absolutamente cortocircuitada al sentir su cuerpo pegado al mío, su palma abierta contra mi pecho, manteniéndome quieto en el lugar, mientras la otra se instalaba en mi boca… presionando para abrirse paso con los dedos, jugando con mi lengua…
-Si vas a seguir actuando y diciendo idiotez y media tras otra, entonces tendré que preguntarle a tu cuerpo… y ya que tu boca no parece querer responder con la verdad le daré otro uso más… útil…
-¿eh?- y ese más otros sonidos similares fueron los únicos que pude decir en toda la noche…
----------------------------- O ----------------------------
No pienso escribir lo que hicimos esa noche, sé que este es mi súper diario secreto, pero ni aquí podría contar lo que paso, TODO lo que paso…
-Kanon… ¡Kanon! ¿En dónde estás?
Y ahí va de nuevo parece que no recuerda que soy humano y me canso, dioses ¿es que acaso Saga no tiene limites?, aunque…
Detuve mi escritura por un momento cuando él entró en mi cuarto.
-¿ya estás otra vez escribiendo?, deja eso y ven a comer, ¿no dijiste que querías entrenar conmigo luego?
…no es realmente que me este quejando, pues aunque es mi sangre…
Ya lo dije antes, es mi amo y mi vida le pertenece.
-te dije que pararas de escribir- susurro en mi oído-¿o es que acaso tienes una mejor idea para permanecer en cama?
-¡no!, es decir, quiero entrenar contigo, ¡lo prometiste!- me levante lo más rápido que pude antes de que fuese a cambiar de opinión y me mantuviese todo el día pegado a la cama, o más bien a su cuerpo.
-mhh…- se levantó junto a mi y me robo un beso- de todas formas ¿qué se supone que escribes ahí todos los días?
- es-un-secreto – me alejé corriendo, sintiendo como en pocos segundos iba tras de mí.
Y no hay nada que me haga más feliz
Tsuki Aoi
Un bello atardecer, bellas parejas, un bello momento. Caminando por la playa, sintiendo la arena entre los dedos, miro al cielo y se ve claro, el aire que respiro se siente limpio, difícil de creer pero cierto, tan cierto como el hecho de que estoy vivo.
Cierro los ojos y pienso en el pasado, pienso en el futuro, en el ahora. Dije una vez que los momentos en que vivimos realmente son aquellos cuando nuestro corazón se detiene por un segundo, y no a causa de un ataque cardiaco, no, sino debido a algo que nos quita la respiración, a aquello que nos emboba por un instante y nos hace creer en que todo estará bien, que el resto es simple monotonía. El problema es que esa monotonía se ha adueñado de mi vida, ha invadido mi espacio personal y ha exiliado hasta lo más profundo de mi subconsciente el sentimiento alegre de sentir esos preciosos segundos.
Adaptación. Adaptarme es lo que me sugiere la razón, ¿pero qué va ha entender ella de sentimientos?, ninguna de las dos damas se lleva bien o cree en la otra. La señorita sentimental considera demasiado cuadrada a la razón, y la razón ve a los sentimientos demasiado volubles; que idiotez, quizás si se pusieran de acuerdo mi cabeza no estaría hecha tal desastre.
Me siento en la arena y miro los últimos rayos del sol que este día nos brinda, pronto la marea comenzará a subir y este lugar quedará cubierto por las olas, sin contar el hecho de que me deben estar buscando por todos lados ya, después de todo no tengo permitido salir del santuario por demasiado tiempo y yo le dije a mi hermano que volvería pronto… ya hace demasiadas horas… seguramente me matará en cuanto me vea… Aunque siempre está la fiel excusa de “olvide mi reloj” o “no me di cuenta de la hora ¿tan tarde es ya?”, o quizás terminaré haciendo lo de siempre y le ignoraré mientras él me asegura que debería haberme ido de aquí en cuanto la diosa resucitó, porque ni ella creía en mi absolución, pero como era tan buena no me echaba, pues muy a su pesar yo llevo sangre de caballero, y seguramente esto derivaría en una nueva discusión y en más razones para odiarnos…
Aunque… para ser honesto hace mucho tiempo ya que el odio fluye de una sola dirección, hace mucho ya que mi cabeza y mi corazón me juegan una mala pasada cada vez que estoy cerca de él, de su cuerpo, su dulce olor…, lo que me vuelve a traer a la misma pregunta que me he estado haciendo los últimos meses y todo este día “¡¿por qué demonios tenía que ser mi hermano?!”, si hubiese sido cualquier otro ya lo habría violado, pero al tratarse de mi misma sangre la cosa se complica, eso dejando de lado el hecho de que es hombre y no quiere verme ni en pintura, pero esos son pequeños detalles…
Suspiré por cuartagésima vez en ese día y me levanté perezoso, ya debía volver, pero no me apetecía, en su lugar fui a un pequeño bar retirado de la zona residencial; ya me había hecho asiduo a ese lugar y a su gente, uno nunca podía pasar dos noches iguales en ese bar; a veces era tranquilo y te invitaba a relajarte y dormir una siesta; otras veces era bullicioso y te contagiaba a bailar; pero lo que siempre esperábamos todas las noches era el momento del micrófono abierto. Consistía en que cualquiera podía ir y tratar de lucirse, si gustabas mucho al publico entonces ellos mismos te daban la suma que estimaran conveniente, y si por el contrario eras una verdadera catástrofe como cantante, entonces solo obtenías unas cuantas pifias y risas por parte de tus compañeros de copas; pero como fuera te divertías, pues todos salían alguna vez y a todos les tocaba.
Incluso a mí.
Flash back
Entre en el primer sitio que ponía “Bar” como letrero; estaba más deprimido que de costumbre y todo debido a la estupida pelea que acababa de tener con mi hermano; y no es que no hubiésemos peleado antes, no, eso era pan de cada día, pero hoy él había sido particularmente hiriente…
Me senté en el lugar más apartado que pude y comencé a engullir una copa tras otra; al cabo de unas horas estaba lo suficientemente ebrio como para no poder pensar, que era exactamente lo que buscaba; sin embargo hay un ligero problema con esto de no pensar: uno puede hacer cosas francamente vergonzosas que de otro modo no haría y que al recordarlas uno desea que la tierra se lo trague o de partida estar muerto. Por suerte este no fue mi caso y lo único que hice fue tomar el micrófono y cantar, cantar y cantar hasta quedar afónico.
End of Flash back
Viéndolo en retrospectiva todo pudo haber sido peor, pude haber terminado en la cama con algún extraño o incluso haber ido donde mi hermano y haberle confesado todo… ese si que hubiese sido suficiente incentivo para suicidarme. Pero por suerte divina no había sido así y al contrario de lo que imaginaba a la gente le gustó bastante mi voz y esa noche recibí una cuantiosa suma (aunque claro, del dinero no ví nada, porque todo fue usado para pagar los litros y litros de alcohol que había ingerido).
Me senté donde acostumbraba, de espaldas a la puerta de entrada y ordene un trago suave para empezar; una chica se me acercó y me preguntó si podía cantar para una de sus amigas que estaba haciendo su despedida de soltera, le sonreí divertido y acepté, después de todo, solo era una canción.
O eso pensé al comienzo, pues la letra que me pidieron interpretar era más una confesión de amor que una canción. Genial. No podía ser peor para el estado de ánimo tan “perfecto” con el que me hallaba.
Tomé el micrófono y algo avergonzado sentí como la melodía comenzaba su canto…
Oh, ave del cielo, dulce tristeza de mi cantar
Acompaña a este pobre iluso
A este extraño idiota enfermo de amor
Guía mi voz a los oídos del que añoro
Haz que él escuche mi llanto
Las palabras brotaban de mi boca con vida propia, sentí que ya no estaba cantando la letra que habían pedido, no, ahora eran mis emociones las que se adueñaban de la canción, la letra era improvisada y mía, y al parecer mi compañero de instrumentos se dio cuenta y le indico a la banda que desde ese punto tocasen como mejor sintiesen que la melodía se acomodaba a mis palabras.
Desde tiempo ya vengo arrastrando las cadenas de esta maldición
Tu que dices ser un santo ignoras que tus desprecios laceran mi corazón
Pero hoy vengo aquí
Vengo a decirte unas cuantas verdades y espero que escuchen bien
Fui traidor, un desgraciado, un asesino de doble cara
Te incite a ti y a otros a pecar en mi nombre
Un astuto demonio, eso fui.
Busqué destrucción, venganza, odio
Manche mi cuerpo y mi alma con la lujuria de manos extrañas
Ahogue mis deseos en diferentes cuerpos
Y sometí mis gritos de placer al comando del amante de turno
Fui un idiota, ¡lo sé!, no es necesario que lo repitas
Y tu mirada de odio hoy la entiendo,
Al igual que el desprecio que hasta incluso una diosa siente cuando me acerco
Pero todo esto no quita que duele…
Mi corazón sufre con cada palabra, con cada golpe
Al comienzo creí que era lo justo, una correcta manera de expiar mis culpas
Pero ya pasa el tiempo, y hoy mis heridas duelen mucho más que hace unas horas…
Guarde silencio por unos instantes y miré el techo del escenario, buscando respuestas que no encontraría y tratando de contener lágrimas que hace mucho ya que corrían libres por mis mejillas al acordarme de tus palabras de odio.
¿Qué buscas de mi?, no puedo borrar el pasado
Fui lo que fui y no pude haber sido otro,
Pero hoy ante ti hay un nuevo yo.
Acepta de una vez que he cambiado
¿Si tú no puedes entonces quién?
Ya no puedo seguir con esto y la razón es simple:
Por este cuerpo, por este despreciado ser
Hoy corre un sentimiento que creí imposible
Somos la misma sangre, somos el reflejo del otro,
Quizás por esto mismo estaba ya destinado a pecar nuevamente
A sucumbir ante lo inaceptable nuevamente,
A enamorarme de ti… como en antaño lo hice…
Ya no contengo mi llanto, aunque nunca pude, estoy liberando mis sentimientos disfrazados en una canción que al publico conmueve, lo sé, lo veo en sus caras, pero la que nunca pensé encontrarme me mira fijamente, unos ojos que queman, la razón de mis desdichas acompañado de otros cuantos caballeros; me congelo durante un segundo y la vergüenza se adueña de mi rostro, pero con una sonrisa lo disfrazo, ya no importa nada, ya lo saben, a si que si van a castigarme que valga la pena… esta noche lo diré todo.
Oh, ave del cielo, dulce tristeza de mi cantar
Acompaña a este pobre iluso
A este extraño idiota enfermo de amor
Guía mi voz a los oídos del que añoro
Haz que él escuche mi llanto
He sucumbido al pecado y tú debes saberlo
Soy la viva reencarnación de lo que más odias
Y quiero decirte que hace ya tiempo que el rencor en nuestras peleas
Solo viene de tu parte, que en mi boca sólo hay pasión para ti
No fingiré al decir que mi cuerpo jamás ha sido tocado
Ni diré cursilerías como que contigo me siento virgen,
No, ya ha habido muchos que me tomaron y que tome…
Soy un hombre y te diré la realidad
Mi cuerpo ya está viciado, mi alma ha sido corrompida,
Pero he mantenido mi corazón resguardado, no se lo he cedido a nadie
Y hoy te lo ofrezco a ti.
Puedes hacer con él lo que te venga en gana,
Soy tuyo y de nadie más,
Mi vida terminara cuando tú así lo decidas,
Pues este extraño idiota enfermo de amor tiene un sólo dueño
Oh, ave del cielo, dulce tristeza de mi cantar
Guía mi voz a los oídos del que añoro
Haz que él escuche mi llanto
Mi amo eres tú.
Bajé de la tarima con una sonrisa de soberbia, tratando de disimular lo inestable de mi corazón; las lágrimas ya las había borrado disimuladamente y la chica que me pidió la interpretación quedó más que contenta, pues creyó que todo había sido por su amiga la novia; que ilusa.
El bartender me llamó y yo huí “disimuladamente” a su lado para recibir mis ganancias por la canción, aunque la verdad solamente deseaba mantenerme alejado de mi hermano por un poco más de tiempo.
Qué ironía descubrirme como un cobarde luego de haber vivido tanto; pero las guerras santas no tiene nada que ver con el corazón…
Acepté la copa que me ofrecía un chiquillo a mi lado, parecía nervioso, pues era el nuevo en este bar y seguramente tendría que interpretar algo como yo en mi primera noche en este lugar; le sonreí con fingida comprensión para ver si se tranquilizaba, lo que al parecer surtió efecto, y mientras el subía al escenario yo me levante de mi asiento, me despedí del bartender y me acerque a mi hermano y los otros caballeros que parecían demasiado serios para mi gusto, incluso Milo, el payaso que supuestamente jamás se enseriaba.
-emh… ¿hola?- como contestación sólo recibí una mirada fría de mi hermano y un seco “vamonos”.
Bufe algo molesto, quisiera que no, por el trato y le seguí resignado.
El camino de regreso fue de lo más incomodo, sentía las miradas de todos clavadas en mi persona, exceptuando la única que realmente quería (aunque pensándolo mejor, habría resultado de lo más extraño que pudiese verme fijamente estando delante de mi).
Al llegar al santuario cada uno de los caballeros se fue a su propia casa, lo que no abría resultado para nada extraño de no ser por el hecho de que cada que uno se iba se despedía servicialmente de mi hermano y de MI por igual, no hay que decir lo incomodo y raro que me resultaba esta nueva experiencia…
Al ser nuestra casa casi la última, sin considerar la de Athena, aun nos quedaba un largo trayecto por recorrer, pero ahora que estábamos solos el silencio se hizo aun más evidente. Me adelanté unos pasos hasta quedar a su lado y busque disimuladamente sus ojos, pero cual fue mi sorpresa al descubrir que el me miraba sin ningún reparo, y me sonrojé involuntariamente, odiándome por ser tan débil y querer devorarle la boca en ese mismo momento. Sonreí algo incomodo por lo intenso de su mirada, y antes de cometer una locura y quedar más hipnotizado en el bello océano de sus ojos como otras veces me había pasado, decidí tomar la sensata decisión de adelantarme a nuestra casa e ir a acostarme de una vez, pero no alcancé a dar dos pasos en mi huída cuado sentí sus dedos clavándose en mi muñeca, giré mi rostro sorprendido y mis ojos iban de sus ojos a cómo su mano retenía mi muñeca; hice el recorrido unas cuantas veces hasta que volví a perderme idiotizado (porque lo él hacía conmigo era más que simple hipnotismo) en su mirada. No tengo que decir lo nervioso que me sentí con esto.
Llegamos a su cuarto (o mas bien él llego, yo tan solo le seguí por inercia, siendo arrastrado por su cuerpo y con mi mente en otro mundo). Me quede parado como estatua donde él me dejó una vez soltó mi muñeca.
-A si que te gusto, ¿ne Kanon?- él habló sin mirarme, pero eso no fue necesario para que pudiera notar como mi respiración se había detenido- responde- se giro y la mirada que me dedico… no tengo palabras para poder describirla…- ¿o es que acaso decías estupideces como la mayor parte del tiempo haces?- se acercó a mi con paso lento, sin quitar sus ojos de los míos ni por un instante- dime, ¿qué es lo que debo creer?, ¿te gusto o no?
Baje mi mirada nervioso y retrocedí un paso para formar algo de distancia entre ambos sin poder contestarle…
-Eres un general de Poseidón y has sido un caballero de Atenea, por todos los dioses ¡¿cómo puedes ser tan cobarde?! ¡Responde!
Di un brinco al escuchar sus gritos, tenía razón en todo lo que decía, pero ¡¿cómo rayos se suponía que podía contestarle algo como eso?! No era simplemente decir: “hey Saga ¿cómo estás?, yo bien. ¡Ah! por cierto, estoy enamorado de ti desde hace mucho y me gustaría follar contigo.”, nop, definitivamente después de eso solo podría esperarme una señora paliza de esas que hacen historia. Su actitud tampoco ayudaba mucho a mi nerviosismo, ni que decir de la agobiante cercanía de su cuerpo, por los jueces del infierno si hasta podía sentir su respiración de lo cerca que estaba…
Tomé aire y traté de evadir su pregunta con otra.
-¿De qué se supone que estas hablando?, sabes, es muy tarde y mañana quiero levantarme para entrenar temprano así que mejor me…
De un momento a otro acabó con la poca distancia que nos separaba, acorralándome de un empujón contra la pared. Gemí quedito por el duro golpe y no tengo idea de qué habrá pasado por su mente porque la mía estaba absolutamente cortocircuitada al sentir su cuerpo pegado al mío, su palma abierta contra mi pecho, manteniéndome quieto en el lugar, mientras la otra se instalaba en mi boca… presionando para abrirse paso con los dedos, jugando con mi lengua…
-Si vas a seguir actuando y diciendo idiotez y media tras otra, entonces tendré que preguntarle a tu cuerpo… y ya que tu boca no parece querer responder con la verdad le daré otro uso más… útil…
-¿eh?- y ese más otros sonidos similares fueron los únicos que pude decir en toda la noche…
----------------------------- O ----------------------------
No pienso escribir lo que hicimos esa noche, sé que este es mi súper diario secreto, pero ni aquí podría contar lo que paso, TODO lo que paso…
-Kanon… ¡Kanon! ¿En dónde estás?
Y ahí va de nuevo parece que no recuerda que soy humano y me canso, dioses ¿es que acaso Saga no tiene limites?, aunque…
Detuve mi escritura por un momento cuando él entró en mi cuarto.
-¿ya estás otra vez escribiendo?, deja eso y ven a comer, ¿no dijiste que querías entrenar conmigo luego?
…no es realmente que me este quejando, pues aunque es mi sangre…
Ya lo dije antes, es mi amo y mi vida le pertenece.
-te dije que pararas de escribir- susurro en mi oído-¿o es que acaso tienes una mejor idea para permanecer en cama?
-¡no!, es decir, quiero entrenar contigo, ¡lo prometiste!- me levante lo más rápido que pude antes de que fuese a cambiar de opinión y me mantuviese todo el día pegado a la cama, o más bien a su cuerpo.
-mhh…- se levantó junto a mi y me robo un beso- de todas formas ¿qué se supone que escribes ahí todos los días?
- es-un-secreto – me alejé corriendo, sintiendo como en pocos segundos iba tras de mí.
Y no hay nada que me haga más feliz
Tsuki Aoi
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Jugando y soñando con el sepulcro
Los pajaros cantan tras latormenta, ¿por qué no va a poder la gente deleitarse con la poca luz que les quede? (Kennedy, Rose)
Dulce, dulce inocente. Cabalgas de noche los prados eternos, víctima sempre de la injusticia. Conduces a todos al esperado sueño sin tu poder nunca descanzar.
Feliz desdichado aquel que reciba tu calido abrazo. Lo último que sentirá, verá,oirá, lo último serás tu.
Buscada por unos pocos y rehuída por casi todos con el mismo placer he intencidad que se ua para contar los segundo de un reloj.
Mienten, juran y despotrican en tu nombre; insultan tu memoria, te insultan a ti... Y tu, obligada a guardar silencio. Sentada entre las sombras como un espectacular ente de luz.
Eres digna de alabanza. Tan gentil, tan generosa que incitas a los otros a buscar los secretos de un eterno camino. Juegas y les diviertes. Los que tienen demasiado de algo, cualquier cosa, están encaprichados contigo. Sabios, reyes, avaros, eruditos y cobardes golpean a tu puerta; exigen y prometen mientras tu guardas silencio, aún no es su tiempo y tu paciencia es cual ahire.
Uno, dos, tres. Uno, dos, tres. Este sí, este no, hoy sí, hoy no. Uno, dos, tres. Uno, dos, tres. Comienzo a bailar, contigo a jugar. Uno, dos, tres. Cuatro, cinco, seis. Sonríe para mi,¿la hora ya llegó?
Siete.
Eres dule miel, calida como el sol. Le devuelves la tranquilidad a mi aliento, lo vuelves cada vez más lento...
Dulce inocente, por todos juzgada. ¡Bebe una copa conmigo y celebra!, mi turno ha llegado.
Dulce dama negra del descanso eterno: ¡Ven y dame vida al fin!
Tsuki Aoi
Dulce, dulce inocente. Cabalgas de noche los prados eternos, víctima sempre de la injusticia. Conduces a todos al esperado sueño sin tu poder nunca descanzar.
Feliz desdichado aquel que reciba tu calido abrazo. Lo último que sentirá, verá,oirá, lo último serás tu.
Buscada por unos pocos y rehuída por casi todos con el mismo placer he intencidad que se ua para contar los segundo de un reloj.
Mienten, juran y despotrican en tu nombre; insultan tu memoria, te insultan a ti... Y tu, obligada a guardar silencio. Sentada entre las sombras como un espectacular ente de luz.
Eres digna de alabanza. Tan gentil, tan generosa que incitas a los otros a buscar los secretos de un eterno camino. Juegas y les diviertes. Los que tienen demasiado de algo, cualquier cosa, están encaprichados contigo. Sabios, reyes, avaros, eruditos y cobardes golpean a tu puerta; exigen y prometen mientras tu guardas silencio, aún no es su tiempo y tu paciencia es cual ahire.
Uno, dos, tres. Uno, dos, tres. Este sí, este no, hoy sí, hoy no. Uno, dos, tres. Uno, dos, tres. Comienzo a bailar, contigo a jugar. Uno, dos, tres. Cuatro, cinco, seis. Sonríe para mi,¿la hora ya llegó?
Siete.
Eres dule miel, calida como el sol. Le devuelves la tranquilidad a mi aliento, lo vuelves cada vez más lento...
Dulce inocente, por todos juzgada. ¡Bebe una copa conmigo y celebra!, mi turno ha llegado.
Dulce dama negra del descanso eterno: ¡Ven y dame vida al fin!
Tsuki Aoi
jueves, 2 de julio de 2009
Sayonara no Yume
Porque no todos los sueños son completamente placenteros o completamente dolorosos ... , y porque a veces un adios ... no es suficiente castigo ...
Es un fic IorixKyo de KOF
"Sayonara"
Tú eres la vida...
He tenido siempre un sueño, en el cual corro y corro, no porque alguien me persiga, no... en el sueño soy yo quien siempre persigo a la misma persona...
Tú eres mi vida...
No puedo ver su rostro , y aunque trato de correr más rápido, esa persona parece ir alejándose cada vez más y más, no sé qué hacer...
Eres un sueño,
Cuando creo ya no poder alcanzarte, me desespero, siento como comienza a llover... no,... no es verdad, no esta lloviendo, soy yo quien ha comenzado a llorar..., es cierto, ahora que lo pienso...siempre lloro en esta parte del sueño...cuando creo que te perderé...
Eres mi realidad...
Grito algo con todas mis fuerzas, no sé qué he gritado, pero consigo que te detengas, vuelvo a correr una vez más tras de ti, estoy a punto de alcanzarte... solo un poco más... ya casi..., pero como si de una cruel broma se tratase, comienzas a alejarte nuevamente a una velocidad impresionante...
Tú eres...
Vuelvo a gritar, pero ésta vez tú no te detienes, sigues avanzando con una rapidez única... no puedo alcanzarte...no puedo...; todo se vuelve negro a mi alrededor, pero aun así puedo ver tú silueta entre toda la oscuridad..., alejándose... dejándome atrás...
A quien más amo...
No quiero, ¡no quiero que esto siga pasando!, te deseo, deseo poder alcanzarte, estar junto a ti y no dejarte ir nunca...
Pero...
Estoy en el suelo, estoy llorando, estoy... como jamás imagine que estaría, me siento tan débil y patético... y todo es por ti...
Tú te has ido...
-Iori...-
Alguien ha dicho mi nombre, pero no me importa..., no me importa nada si tú no estas aquí...
Y solo queda por decir...
-Iori... onegai...-
Vuelven a repetir mi nombre, que molesto..., levanto mi cabeza solo para ordenarle a quien me llama con tanta insistencia que me deje en paz, pero me sorprendo enormemente cuando mis ojos se cruzan con los tuyos..., me levanto de forma veloz y te abrazo con todas mis fuerzas..., no quiero perderte...
-Iori... onegai..., déjame ir...-
Te miro confundido y dolido, estas llorando... ¿por qué...?, ¿por qué lloras?, ¡¿por qué me pides eso?! ... cierro mis ojos dolido y molesto, ya no quiero seguir viendo tus lágrimas...
-Iori, onegai... déjame partir-
Abro mis ojos para enfrentarte, para decirte que dejes de decir tonterías, pero al verte nuevamente me doy cuenta de que no solo estás llorando, también estás cubierto de sangre... al igual que mis manos...; de golpe todo vuelve a mi, es verdad, en una de nuestras peleas me salí de control y... no, no puede ser, ¡me niego a aceptarlo!, tú no puedes estar..., me separo bruscamente de ti, tengo miedo...
-Iori...-
Sonríes con tristeza y me abrazas nuevamente, la frialdad de tu cuerpo contraste mucho con la calidez que recuerdo..., pero ahora comprendo, y te susurro lo único que queda por decir..., duele... duele tanto...
-Iori...-
Mi nombre se escapa de tus labios como un lamento mientras te desvaneces lentamente en la oscuridad, dejándome solo..., solo y con la conciencia de saber que tendré que volver a repetir este mismo sueño una y otra vez, como castigo por haberte... matado..., repitiéndote todo el tiempo lo que más dolor me causa...
Sayonara...
Es un fic IorixKyo de KOF
"Sayonara"
Tú eres la vida...
He tenido siempre un sueño, en el cual corro y corro, no porque alguien me persiga, no... en el sueño soy yo quien siempre persigo a la misma persona...
Tú eres mi vida...
No puedo ver su rostro , y aunque trato de correr más rápido, esa persona parece ir alejándose cada vez más y más, no sé qué hacer...
Eres un sueño,
Cuando creo ya no poder alcanzarte, me desespero, siento como comienza a llover... no,... no es verdad, no esta lloviendo, soy yo quien ha comenzado a llorar..., es cierto, ahora que lo pienso...siempre lloro en esta parte del sueño...cuando creo que te perderé...
Eres mi realidad...
Grito algo con todas mis fuerzas, no sé qué he gritado, pero consigo que te detengas, vuelvo a correr una vez más tras de ti, estoy a punto de alcanzarte... solo un poco más... ya casi..., pero como si de una cruel broma se tratase, comienzas a alejarte nuevamente a una velocidad impresionante...
Tú eres...
Vuelvo a gritar, pero ésta vez tú no te detienes, sigues avanzando con una rapidez única... no puedo alcanzarte...no puedo...; todo se vuelve negro a mi alrededor, pero aun así puedo ver tú silueta entre toda la oscuridad..., alejándose... dejándome atrás...
A quien más amo...
No quiero, ¡no quiero que esto siga pasando!, te deseo, deseo poder alcanzarte, estar junto a ti y no dejarte ir nunca...
Pero...
Estoy en el suelo, estoy llorando, estoy... como jamás imagine que estaría, me siento tan débil y patético... y todo es por ti...
Tú te has ido...
-Iori...-
Alguien ha dicho mi nombre, pero no me importa..., no me importa nada si tú no estas aquí...
Y solo queda por decir...
-Iori... onegai...-
Vuelven a repetir mi nombre, que molesto..., levanto mi cabeza solo para ordenarle a quien me llama con tanta insistencia que me deje en paz, pero me sorprendo enormemente cuando mis ojos se cruzan con los tuyos..., me levanto de forma veloz y te abrazo con todas mis fuerzas..., no quiero perderte...
-Iori... onegai..., déjame ir...-
Te miro confundido y dolido, estas llorando... ¿por qué...?, ¿por qué lloras?, ¡¿por qué me pides eso?! ... cierro mis ojos dolido y molesto, ya no quiero seguir viendo tus lágrimas...
-Iori, onegai... déjame partir-
Abro mis ojos para enfrentarte, para decirte que dejes de decir tonterías, pero al verte nuevamente me doy cuenta de que no solo estás llorando, también estás cubierto de sangre... al igual que mis manos...; de golpe todo vuelve a mi, es verdad, en una de nuestras peleas me salí de control y... no, no puede ser, ¡me niego a aceptarlo!, tú no puedes estar..., me separo bruscamente de ti, tengo miedo...
-Iori...-
Sonríes con tristeza y me abrazas nuevamente, la frialdad de tu cuerpo contraste mucho con la calidez que recuerdo..., pero ahora comprendo, y te susurro lo único que queda por decir..., duele... duele tanto...
-Iori...-
Mi nombre se escapa de tus labios como un lamento mientras te desvaneces lentamente en la oscuridad, dejándome solo..., solo y con la conciencia de saber que tendré que volver a repetir este mismo sueño una y otra vez, como castigo por haberte... matado..., repitiéndote todo el tiempo lo que más dolor me causa...
Sayonara...
lunes, 29 de junio de 2009
Pues como ya puse mi presentación, por qué no poner mi primer fic no?
Ahí va... es del anime Bleach. GrimmjowxIchigo.
Ahí va... es del anime Bleach. GrimmjowxIchigo.
¡Scream and cry!
No queremos lastimarte más...
¿por qué lo quisieron antes?
Es lo mejor para ti...
¿cómo pueden saberlo?
Queremos tu felicidad
Queremos, queremos, queremos...
¿qué hay de lo que yo quiero?...
POV Kurosaki Ichigo
Si tú vas, iré contigo
Si caes, caeré junto a ti.
¿Qué es tan difícil de entender?
¿Qué está mal en mi cabeza?
Moriría por ti.
Soy débil, te necesito, tu simple presencia es un sueño que no tengo el lujo de concretar.
Tu cuerpo junto al mío, sudor corriendo por tu piel, respiración acelerada, una vez más...
Con sólo tres encuentros me has hecho adicto a ti...
La primera vez fue un accidente, la segunda un error, después de la tercera... ya no hubo necesidad de fingir.
Tú me buscabas y yo a ti.
Igual que animales en celo, divirtiéndonos con el ficticio juego del gato y el ratón; voy tras de ti y tu tras de mi, muchos se oponen. Golpes, castigos, sangre e insultos...
Control, desean controlarnos, domarnos, someternos..., que broma, no nos conocen.
Una vez yo, dos veces tú, la ecuación no parece estar equilibrada.
Somos soldados de genocidios, el tuyo humano, el mío divino.
Déjame sentirte, podemos ser uno.
Eres caníbal de almas humanas, payaso sarcástico, maldecido por una suerte hipócrita.
Confía en mí, camuflemos con odio un sentimiento igual de intenso.
Mi sueño y pesadilla eres tú.
Deseo tocarte, que me toques, conozcamos el clímax en los brazos del otro.
------------------------------------------- O ---------------------------------------------
POV Grimmjow Jaggerjack
Y la noche cae, cae de nuevo
Y yo estoy aquí, estoy aquí por ti.
¿Qué es lo que pasa por mi cabeza?
¿Qué es lo que no entiendes?
No es venganza lo que quiero
Es un castigo.
Voy a tenerte, besarte, ahogarte en el más infinito placer.
Me acerco a tu ventana en silencio, aún no entiendo cómo es posible que no notes un reiatsu tan alto como el mío a tan sólo unos centímetros de tu dormido cuerpo.
Abro la ventana en silencio y me cuelo en tu cuarto; es tan diferente a mi mundo, no tengo ni idea de para qué sirven la mitad de las cosas que aquí hay. Los humanos son tan extraños, pero aun así los considerados anormales somos tú y yo, por los tuyos y los mío.
Me he aburrido de inspeccionar tu cuarto, después de todo no vine para eso. Me acerco a ti, tu respiración es relajada, no me gusta así, lamo mis labios... no te dejaré estar tranquilo por más tiempo...
------------------------------------------- O ---------------------------------------------
Gimió aun dormido al sentir una juguetona lengua en su cuello, pecho, ombligo... y bajando...
Suspiró con la sensación de unas manos fuertes rozando sus muslos y abdomen. Abrió lentamente sus ojos, aun atontado por los últimos rastros del sueño.
-al fin reaccionas...
Despertó de golpe y miró a quien entre sus piernas estaba; asustado trató de alejarse, pero el de ojos dorados enterró las uñas en su cadera impidiéndole cualquier movimiento y arrastrándolo con brusquedad hacia abajo, quedando ambos a centímetros de la cara del otro, sintiendo las respiraciones entremezcladas como un pequeño indicio de que pronto sucedería.
-llevo ya un rato jugando con tu cuerpo, no sirve de nada que ahora te niegues...
-maldito- trató de golpearlo, pero a cambio recibió los dientes de su Némesis enterrándose en su carne, casi arrancándole lágrimas junto a un grito ahogado.
-tus quejas son inútiles, hace ya tiempo que estás gimiendo entre mis brazos, tu cuerpo es más honesto que tu pervertida boca.
Le vio sonrojarse por la vergüenza y la ira, y sintió como se revolvía, buscando libertad.
-te he dicho que es inútil, realmente eres un idiota, sabes lo que pasa cuando haces algo que yo no te he autorizado- arañó su piel sin delicadeza, buscando causarle dolor, desgarrándola para poder sentir el suave aroma metálico que tanto le enloquecía, que sabía a ambos les excitaba- o quizás es que eres masoquista...- hizo una mueca sádica, simulando una sonrisa
-¡¡me duele idiota!!- enfrentó sus ojos con odio y placer
-te gusta, y las marcas que dejaré en tu cuerpo te lo recordarán todos los días- besó su boca de forma brutal, amoratando sus ensangrentados labios- me perteneces Ichigo, esta noche haré que tu mente entienda lo que tu cuerpo ya sabe... y desea...
Tsuki Aoi
No queremos lastimarte más...
¿por qué lo quisieron antes?
Es lo mejor para ti...
¿cómo pueden saberlo?
Queremos tu felicidad
Queremos, queremos, queremos...
¿qué hay de lo que yo quiero?...
POV Kurosaki Ichigo
Si tú vas, iré contigo
Si caes, caeré junto a ti.
¿Qué es tan difícil de entender?
¿Qué está mal en mi cabeza?
Moriría por ti.
Soy débil, te necesito, tu simple presencia es un sueño que no tengo el lujo de concretar.
Tu cuerpo junto al mío, sudor corriendo por tu piel, respiración acelerada, una vez más...
Con sólo tres encuentros me has hecho adicto a ti...
La primera vez fue un accidente, la segunda un error, después de la tercera... ya no hubo necesidad de fingir.
Tú me buscabas y yo a ti.
Igual que animales en celo, divirtiéndonos con el ficticio juego del gato y el ratón; voy tras de ti y tu tras de mi, muchos se oponen. Golpes, castigos, sangre e insultos...
Control, desean controlarnos, domarnos, someternos..., que broma, no nos conocen.
Una vez yo, dos veces tú, la ecuación no parece estar equilibrada.
Somos soldados de genocidios, el tuyo humano, el mío divino.
Déjame sentirte, podemos ser uno.
Eres caníbal de almas humanas, payaso sarcástico, maldecido por una suerte hipócrita.
Confía en mí, camuflemos con odio un sentimiento igual de intenso.
Mi sueño y pesadilla eres tú.
Deseo tocarte, que me toques, conozcamos el clímax en los brazos del otro.
------------------------------------------- O ---------------------------------------------
POV Grimmjow Jaggerjack
Y la noche cae, cae de nuevo
Y yo estoy aquí, estoy aquí por ti.
¿Qué es lo que pasa por mi cabeza?
¿Qué es lo que no entiendes?
No es venganza lo que quiero
Es un castigo.
Voy a tenerte, besarte, ahogarte en el más infinito placer.
Me acerco a tu ventana en silencio, aún no entiendo cómo es posible que no notes un reiatsu tan alto como el mío a tan sólo unos centímetros de tu dormido cuerpo.
Abro la ventana en silencio y me cuelo en tu cuarto; es tan diferente a mi mundo, no tengo ni idea de para qué sirven la mitad de las cosas que aquí hay. Los humanos son tan extraños, pero aun así los considerados anormales somos tú y yo, por los tuyos y los mío.
Me he aburrido de inspeccionar tu cuarto, después de todo no vine para eso. Me acerco a ti, tu respiración es relajada, no me gusta así, lamo mis labios... no te dejaré estar tranquilo por más tiempo...
------------------------------------------- O ---------------------------------------------
Gimió aun dormido al sentir una juguetona lengua en su cuello, pecho, ombligo... y bajando...
Suspiró con la sensación de unas manos fuertes rozando sus muslos y abdomen. Abrió lentamente sus ojos, aun atontado por los últimos rastros del sueño.
-al fin reaccionas...
Despertó de golpe y miró a quien entre sus piernas estaba; asustado trató de alejarse, pero el de ojos dorados enterró las uñas en su cadera impidiéndole cualquier movimiento y arrastrándolo con brusquedad hacia abajo, quedando ambos a centímetros de la cara del otro, sintiendo las respiraciones entremezcladas como un pequeño indicio de que pronto sucedería.
-llevo ya un rato jugando con tu cuerpo, no sirve de nada que ahora te niegues...
-maldito- trató de golpearlo, pero a cambio recibió los dientes de su Némesis enterrándose en su carne, casi arrancándole lágrimas junto a un grito ahogado.
-tus quejas son inútiles, hace ya tiempo que estás gimiendo entre mis brazos, tu cuerpo es más honesto que tu pervertida boca.
Le vio sonrojarse por la vergüenza y la ira, y sintió como se revolvía, buscando libertad.
-te he dicho que es inútil, realmente eres un idiota, sabes lo que pasa cuando haces algo que yo no te he autorizado- arañó su piel sin delicadeza, buscando causarle dolor, desgarrándola para poder sentir el suave aroma metálico que tanto le enloquecía, que sabía a ambos les excitaba- o quizás es que eres masoquista...- hizo una mueca sádica, simulando una sonrisa
-¡¡me duele idiota!!- enfrentó sus ojos con odio y placer
-te gusta, y las marcas que dejaré en tu cuerpo te lo recordarán todos los días- besó su boca de forma brutal, amoratando sus ensangrentados labios- me perteneces Ichigo, esta noche haré que tu mente entienda lo que tu cuerpo ya sabe... y desea...
Tsuki Aoi
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